Cuando una imagen vale más que mil palabras…
El presente del Rally Argentino dista mucho de lo ideal, de lo que merecería una categoría nacional que debería ser la referencia para las demás divisionales de los derrapes. Peleas internas, luchas de poder, malas decisiones deportivas, enojo de los pilotos… Y la lista sigue. ¿Cómo terminará todo?
Así como en nuestro país cada vez que se acerca el momento de votar las tensiones y peleas políticas llegan a su punto más alto, en el Rally Argentino parece estar sucediendo lo mismo en estos tiempos. Y en la reciente cita en Bañado de Ovanta, la situación, lejos de mejorar, empeoró. Peleas internas, luchas de poder, malas decisiones deportivas, enojo de los pilotos y navegantes… Todo forma parte de un combo más que explosivo, en el que habrá que medir consecuencias.
El pasado viernes, en la previa de la cita catamarqueña, desde la categoría convocaron a una reunión con el objetivo de trasladarle a los pilotos cómo sería la continuidad del campeonato; con las dos o tres alternativas previstas. Pero el asunto se desvió. “Terminó siendo el lanzamiento de la campaña del “Capitán” Fernando Scarlatta”, contó Gustavo “Tuti” Franchello, navegante y actual vicepresidente de la Asociación Civil Rally Argentino (ACRA) en el programa Derrapes de Campeones a través de Campeones Radio.
“Palabras más o menos, dijo que Luis (Minelli, presidente de ACRA) tomaba decisiones condicionado. Sorprendidos porque Fernando asumió un rol importante en la categoría, transitando todo esto a la par de Minelli… Fue él quien llevó a cabo la carrera en el Cabalén de Córdoba, que fue un fiasco; fue él quien fue a Bañado de Ovanta cuando arrancaron con esta gestión en marzo o abril y quien terminó laburando ahora… Nos dejó a todos con la boca abierta”, indicó Franchello al referirse a la actitud del actual tesorero de la categoría. Y agregó: “Se mostró como un gran crítico de lo que se está haciendo; pero ¡lo que se está haciendo pasa por su conducción! Seguramente la situación amerita una reunión de la CD. Él está en su derecho de tener las aspiraciones que quiera. Pero veo mal que lo haga desde adentro, cobrando un sueldo para hacer lo que hace, pero criticando lo que se hace. Yo mismo le pregunté ante todos si tenía intenciones de ser presidente. Y sin mediar nada me dijo: `Sí, totalmente´. Este no era el momento para hacer eso”.
Desde Entre Motores consultamos a Minelli respecto a cómo seguirá la situación: “Yo como presidente no estoy analizando nada, ningún tipo de sanción. Eso es una cosa que ha surgido del resto de la gente de la Comisión. No hay que olvidarse que el presidente preside y desempata en el caso de empate en una votación. En el estatuto sí existe; en todas las comisiones hay un área de penalidades o subcomisión de disciplina y esa es la que puede actuar”, indicó.
“¿Cómo veo el panorama del Rally Argentino hasta fin de año con tantas internas? Yo lamentablemente no sirvo para las internas. Si siguen haciendo estas cosas a mí me quitan ganas porque yo para trabajar no tengo problemas, lo que no me gusta es pelear”, agregó quien lleva más de una década al frente de la categoría.
El 31 de diciembre próximo cerrará el período de la presente Comisión. Luego habrá que aprobar balances y cumplir con los trámites correspondiente para el llamado a elecciones en ACRA, por eso ya muchos empezaron a mover sus fichas. En las próximas horas, según pudo saber EM, habrá novedades importantes, con sanciones para algunos y “tirones de orejas” para otros, remarcándoles que se dediquen exclusivamente a sus tareas asignadas. Sin dudas se vendrán días y fechas complicadas de acá hasta terminar el 2021.
Aunque lo más preocupante es el presente de la categoría. Porque muchos protagonistas no ocultaron su calentura y lo dejaron en claro. Es más que evidente que una categoría como el Rally Argentino no debe hacer base en una localidad de menos de 1.000 habitantes, con ausencia de servicios (hospitales, hoteles, restaurantes…) más allá de la excelente predisposición de toda la gente de Bañado de Ovanta o de San Martín (San Luis), como sucedió en 2019, donde ni siquiera había una estación de servicio. Puede llegar a ser debatible la respuesta de que en su momento fue la única opción que se presentó. Pero una categoría no puede tener a sus equipos, que invierten muchísimo dinero (con autos como los R5 muy valiosos), rodeados de gallinas (como se aprecia en la foto principal de esta nota). En estos tiempos, una categoría no puede permitirse llevar un sponsor y mostrar esa imagen.
Pero esta vez incluso las críticas fueron más allá, con una carrera en donde la seguridad y la sanidad se puso muy en duda. Tras una primera etapa aceptable, el domingo los problemas se multiplicaron con caminos que claramente no estuvieron a la altura. Cuesta entender cómo personas que se encargan de esa tarea de relevar caminos, y que incluso transitan antes de que se largue la competencia, no se dan cuenta de que las condiciones no están dadas. Pisos rotos, guadales (algunas imágenes más propias de una Dakar), problemas de visibilidad por la tierra en suspensión, tramos cancelados, gente que tiraba piedras ante el paso de los autos (el caso más grave fue lo que vivió el navegante mundialista Fernando Mussano)… Muchos contratiempos que provocaron que la mayoría ponga el grito en el cielo. “Eso pasa cuando venís a lugares que no tenés que venir”, repetían.
Otro dato: en esta cita, apenas se disputaron 89,63 kilómetros de carrera. Demasiado poco para una fecha del Argentino, ¿no? A eso se le suma que los protocolos sanitarios brillaron por su ausencia (y de parte de gente que después es la primera en salir a quejarse porque no hay carreras) y la nula difusión de la competencia (ni siquiera con un vivo en redes sociales desde la propia categoría). En este sentido, se había repuntado con el streaming realizado en la fecha de Córdoba (con base en el Cabalén), aunque muchos después se sorprendieron al verlo como un gasto extra a abonar en el precio de una inscripción que también tuvo su incremento sin que se explicaran los motivos con anterioridad. En definitiva, todo más caro, pero sin que se vean mejoras.
Otros volvieron a insistir y pedir respuestas en algunos temas, sin demasiada suerte. En las últimas horas, algunos pilotos comunicaron a través de sus redes sociales que no continuarán en una categoría que presentó un pobre parque de 42 autos en Catamarca. Y ya no se puede culpar exclusivamente a la pandemia. Como ejemplo, el Rally Cordobés hizo una fecha en Potrero de Garay (a pocos kilómetros del Cabalén de Alta Gracia y por caminos espectaculares) en la que reunió a más de ¡120 protagonistas!… Sin dudas, algo se está haciendo mal. Por el bien del Rally Argentino, ojalá la solución llegue pronto.FUENTE: Entre Motores
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