miércoles, 30 de abril de 2025

EL TRAGICO FIN DE SEMANA DE LA F1


 El 30 de ABRIL DE 1994, Roland Ratzenberger, un austriaco de 31 años de edad, perdió el control de su auto en la curva Villeneuve del circuito de Imola. El golpe fue brutal y sus consecuencias también.

Era un piloto en su primer año en la Fórmula Uno gracias a la oportunidad que le dio el equipo Simtek-Ford. Apenas su tercer Gran Premio. En la zona de pits golpeó con el alerón delantero el auto de su coequipero David Brabham, pero no le dio importancia, era algo muy leve.
Salió a las prácticas y a 300 kilómetros por hora, en la difícil vuelta que lleva el nombre del mítico piloto canadiense que murió en Zolder, no respondió el auto al viraje y se estrelló contra el muro.
Las autoridades de la pista dijeron que lo sacaron con vida del monoplaza, pero es difícil creerlo después de ver el casco roto como un cascarón de huevo, lleno de sangre.
Su cabeza explotó, pero es evidentemente más conveniente decir que murió en el hospital, porque de haberse dicho oficialmente que Ratzenberger feneció en la pista se habría tenido que suspender la carrera del domingo y por lo tanto deberían devolver el importe de los boleto, afrontar multas y mil problemas.
Desde la muerte de Ricardo Paletti en unos entrenamientos y la de Gilles Villeneuve en el GP de Bélgica en 1982, ningún piloto había perdido la vida en un auto de Fórmula Uno.
Fuente Espn 

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