2, 2021
Vamos a ocuparnos de un capítulo muy
interesante de la Fórmula 1, ya en plena era electrónica y que tuvo relación
directa en la lucha por el título. En 1994 la temporada se presentaba
espectacular por las enormes expectativas creadas por el duelo a gran escala
entre una estrella consagrada, Ayrton Senna, y otra en ascenso, Michael Schumacher.
Por una parte, Senna había dejado
McLaren después de seis años y pasaba a conducir un Williams-Renault mientras
que Schumacher lideraba el equipo Benetton-Ford.
El tema que abordamos resultó tan
interesante como que el descubridor de la irregularidad fue nada menos que
Ayrton Senna, con la trágica ironía de haber sucedido poco antes de su
accidente.
Nos enteramos de esta historia de
primera mano, fue cuando la Fórmula 1 regresó a la Argentina después de muchos
años, en 1995. Aquel lluvioso fin de semana de abril de 1995, saludamos a
nuestros amigos, los decanos del periodismo de la F1, todos consagrados
periodistas que ostentaban mas de 500 asistencias a Grandes Premios de la
máxima categoria.
Hablamos de los británicos Alan Henry
y Mike Doodson, el italiano Franco Lini y el suizo Gérard Crombac. Nos habían
visitado entre 1972 y 1981, y en el caso de Lini, en las Temporadas
Internacionales de 1968 y 1970. Siendo amigos y compinches, compartían un
sector de la sala de prensa, intercambiando novedades y asegurándose que no se
les escapara ningún chimento.
Gérard Crombac, francés por adopción,
asistió a su primer Grand Prix en Linas-Monthléry en 1936 y comenzó en el
periodismo en 1948. Fue mecánico de Raymmond Sommer y colaborador de las
revistas inglesas, siendo desde 1949 el corresponsal de Autosport en Europa. En
1954 le compró a Colin Chapman su Lotus VI, con el que corrió cuatro años hasta
que se dio cuenta que ser piloto no era lo suyo. Después fue manager de Jo
Schlesser y Harry Schell.
Su obra más trascendente fue haber
creado, con su amigo Jean Lucas, la excelente revista Sport-Auto, en la que fue
su editor jefe y enviado especial a las carreras de Fórmula 1 hasta 1989.
También llegó a ser amigo personal de Jim Clark y jefe de prensa de Lotus en la
década del sesenta.
Cuando Crombac nos visitó en 1995, se
había jubilado y aunque no escribía en Sport-Auto, seguía asistiendo a los
Grandes Premios trabajando para las revistas de países asiáticos como Malasia y
Japón. Autor de varios libros, sus últimos años los pasó colaborando en dos
revistas francesas, Retroviséur -de automovilismo clásico- y L’Automobile,
donde publicó una producción especial de la historia de la Fórmula 1 por
décadas.
Durante aquel regreso de la Fórmula 1
a la Argentina charlamos con Gérard y surgió, además de la referencia al
funesto fin de semana de Imola de 1994, el tema del Benetton B194 con el que
Michael Schumacher ganó el primero de sus siete campeonatos Mundiales.
El mismísimo Jabby Crombac
nos contó lo siguiente: “Había muchas expectativas porque Ayrton había pasado a
ocupar el puesto de Alain Prost en Williams y se esperaban grandes luchas con
Michael, quien había descollado en 1993 con Benetton, terminando cuarto en el
campeonato detrás de los Williams y de Ayrton, que había corrido su última
temporada en McLaren”.
“Sin embargo, esto no sucedió ya que
el Williams FW16 no anduvo al principio como se esperaba y el Benetton B194 era
muy superior.
Corridas las dos primeras carreras,
Schumacher lideraba el campeonato con veinte puntos contra ninguno de Senna. En
los tres Grandes Premios que corrió en 1994 Ayrton marcó la pole
position, punteó en Brasil y en Imola antes de su mortal accidente, pero
haciendo un esfuerzo enorme”, continuó contándonos Gérard.
“Las suspensiones activas y las
ayudas electrónicas que hicieron del Williams el mejor auto en 1992 y 1993,
fueron prohibidas desde 1994. Sin embargo, el Benetton B194 tenía una excelente
tracción, sobresaliendo especialmente en las largadas. Ayrton lo confirmó
durante el Gran Premio del Pacífico en Japón. Después de hacer el mejor tiempo
en clasificación, declaró: ‘El Williams no funciona como esperaba. Puedo hacer
la pole position exigiéndome más de lo aconsejado, pero no
puedo correr toda la carrera sobre el filo de la navaja”. Lo confirmó en la
carrera, cuando después de abandonar por un toque en la primera vuelta se quedó
mirando la carrera, observando la superior tracción del Benetton”.
“El B194 estaba equipado con control
de tracción o sistema antipatinamiento lo que le daba una ventaja notable. La
Federación Internacional del Automóvil se dio cuenta que estaba fuera de
reglamento, pero no se lo pudieron demostrar. Por esta razón, empezaron a
objetarlo, para desclasificarlo y suspenderlo por cuestiones menores”, nos
contó Crombac, quien falleció en París en 2005.
Sobre el mismo tema, el recordado
periodista y escritor británico Mike Lawrence, de Motor Sport y del Autosport
Forum realizó una investigación sobre el tema, que aquí resumimos:
“Después de haber abandonado en la primera
vuelta del Gran Premio del Pacífico de 1994 en Aïda, Senna se quedó unos quince
minutos al costado de la pista observando el paso de los autos. Al llegar a los
boxes habló con Mika Hakkinen –ex compañero suyo en McLaren- y con sus amigos.
Ayrton, que sabía cómo trabajaba el sistema y cómo actuaban los autos que lo
empleaban, sospechó del Benetton por cómo transitaba las curvas lentas y de
velocidad media, y señaló que estaba seguro de que era ilegal”.
“Para activar el control de tracción
-o ‘control de lanzamiento’ como señaló Benetton que era-, el piloto debía
seguir un específico y complicado procedimiento en la vuelta de formación. El
piloto era quien activaba el sistema, por lo que no había manera de que
Schumacher fuera inocente”.
“Charlie Whiting –entonces
responsable de la FIA ante la Fórmula 1-, creía que Benetton tenía la ventaja
de un control de largada ilegal y confirmó su presencia en la caja negra del
auto de Schumacher en Imola”.
“De hecho, el sistema automático para
largar podía ser conectado con una laptop. El menú presentaba diez opciones,
pero más allá de la décima, había una 13ª que accionaba el control de
lanzamiento, aunque no aparecía en la pantalla. El equipo Benetton no dio
ninguna explicación satisfactoria por su intento de ocultarlo, indicando que se
trataba de una sorpresa para ellos”.
El Gran Premio de Francia en Nevers
Magny-Cours fue clave. Los Williams de Damon Hill y Nigel Mansell –que volvía a
la Fórmula 1 después de un año y medio- fueron los más rápidos en las pruebas de
clasificación con Schumacher a 425 milésimas de Hill. El Benetton saltó a la
punta desde la tercera posición de largada y en la carrera de 72 vueltas, salvo
entre las 38ª y 44ª cuando Schumacher se detuvo para cargar combustible, el
alemán siempre fue el líder, ganando por 12s6 sobre el Hill.
La largada del Benetton Nº 5 fue
superior, como cuando los autos disponían de los dispositivos ahora prohibidos.
Una partida tan perfecta que confirmó el principal rumor que corría en el
paddock desde las primeras carreras y al final del Gran Premio de Francia,
Schumacher acumulaba 66 puntos contra 29 de Damon Hill, con una diferencia de
37 puntos.
Disputadas las primeras carreras,
Schumacher había logrado una cosecha casi ideal con seis triunfos y un segundo
puesto en Montmeló, España. Pero a partir del Gran Premio Británico, la FIA
comenzó las acciones contra Benetton, tal como nos había explicado Crombac en
la sala de prensa del Autódromo porteño.
El 10 de julio de 1994 en
Silverstone, Schumacher cometió un error inexplicable al no respetar el
procedimiento de largada, pasando a Damon Hill -quien largaba desde la pole
position- durante la vuelta previa. Schumacher fue penalizado con un “pase y
siga”, pero habiéndose cumplido el plazo estipulado y no habiéndolo cumplido,
fue mostrada la bandera negra con el Nº 5 y quedó excluido.
Con la desclasificación de Schumacher
y la victoria de Hill, el campeonato quedaba 66 a 39. ¡Recordemos que antes de
Silverstone Schumacher lideraba el campeonato con 66 puntos contra 29 de Hill!
En el año anterior la FIA no había
castigado a Schumacher cuando superó algunos autos bajo bandera amarilla. Esto,
para muchos, fue la mejor prueba de que en 1994 la FIA quería quitar a
Schumacher por un par de carreras.
Después de la carrera de Silverstone,
el equipo Benetton recibió una multa de U$S 500.000 por desobedecer las órdenes
de los comisarios. A esto se agregaron otros U$S 100.000 por demorar la entrega
de los códigos de sus sistemas electrónicos que la FIA les estuvo demandando
desde el Gran Premio de San Marino. En definitiva, el reglamento prohibía el
control de los autos por computadora, pero la FIA no tenía evidencia de qué
sistema usaban.
Adicionalmente a la desclasificación
en el Gran Premio Británico, Benetton fue suspendido por dos carreras, medida
que Benetton apeló para que Schumacher pudiera correr en Alemania y no
decepcionar al público donde era local.
La FIA había puesto énfasis en
cumplir el nuevo reglamento sobre la prohibición de la mayoría de los
dispositivos controlados por computación y para asistir a su comisión técnica
contaron con Liverpool Data Research Associates (LDRA). Esta empresa era
proveedora de análisis, tests y requerimientos de herramientas para seguimiento
de software, tanto para empresas privadas como públicas, entre ellas a las
fuerzas armadas británicas en temas militares.
LDRA fue contratada para analizar los
programas de computación de Ferrari, Benetton y McLaren, equipos sobre los que
había sospechas de utilizar programas prohibidos. Los teams debían entregar los
códigos de origen, necesarios para acceder a los programas de computación.
Ferrari, atemorizado por el descubrimiento de una variante de control de
tracción en Aïda, cumplió y resultó que sus autos cumplían con el reglamento.
Sin embargo, McLaren y Benetton se
rehusaron a facilitar sus códigos, diciendo que esto comprometía la
confidencialidad comercial y que infringiría los derechos intelectuales de sus
proveedores de software. Cuando la FIA les aclaró que LDRA solía analizar
software militar cuya confidencialidad estaba protegida por la Ley de Secretos
Oficiales del Reino Unido, los entregaron.
McLaren y Benetton recibieron una
multa de U$S 100.000 por tratar de obstruir la investigación, y resultó que
ambos tenían algo que ocultar. En McLaren, se trataba de un programa en la caja
de cambios que permitía pasar los cambios automáticamente. Después de muchas
deliberaciones y para sorpresa de muchos, la FIA decidió que no era ilegal.
Pero Benetton escondía algo mucho más excitante bajo la manga…
Cuando el personal de LDRA dispuso
del software del Benetton B194, descubrieron un programa ¡y era radiactivo!
Algo que le permitía a Schumacher hacer largadas perfectas sólo con pisar el
acelerador a fondo y mantenerlo allí. La computadora determinaba la correcta
combinación de las marchas con el régimen del motor, asegurando que las ruedas
no patinaran ni que se pusiera de costado, concentrando toda su energía en ir
hacia adelante y que el auto llegara a la primera curva en el menor tiempo.
Con el reglamento anterior, esta
combinación de control de tracción y automatización de la caja hubiera sido
legal. Ahora, aun siendo algo totalmente prohibido, allí estaba… Si sabías como
descubrirlo, porque era invisible.
A la gente de LDRA le llevó un tiempo
encontrarlo. Lo que se debía hacer era llamar al menú de los programas, ir
hacia la línea inferior, poner el cursor en una línea aparentemente en blanco,
tocar una tecla en particular y ¡sorpresa!, sin que apareciera nada en la
pantalla, el programa especial estaba allí.
Lo llamaban “control de lanzamiento”
y los especialistas de LDRA descubrieron también cómo el piloto podía activarlo
cuando iba hacia la largada. Requería una secuencia de comandos usando los
pedales del acelerador y embrague y las levas de los cambios debajo del volante
de dirección.
Benetton no podía negar su
existencia, pero dijeron que no era usado desde que las ayudas electrónicas
fueron prohibidas. Muchos se preguntaron, ¿por qué seguían allí y tan bien
disfrazadas? Declararon haberlo dejado porque sacarlo “hubiera sido demasiado
trabajo”, según dijeron. “Esto fue suficiente para hacerme pensar que estaban
haciendo trampa”, dijo un experimentado programador de software de otro equipo
de Fórmula 1.
El 31 de julio llegó el Gran Premio
de Alemania y la cosa iba de mal en peor. Cuando el compañero de Schumacher,
Jos Verstappen, terminó de reabastecer al sacar la manguera esta se zafó,
derramando parte del combustible y el fuego estalló inmediatamente. Aunque sólo
un mecánico y Verstappen sufrieron quemaduras menores. Después de investigar,
la FIA llegó a la conclusión que el incidente fue causado por haber quitado un
filtro que permitía que el flujo de combustible fuera 12,5% más rápido.
Benetton declaró que la FIA aprobó el retiro del filtro con el permiso de
Charlie Whiting, lo que luego él mismo prohibió.
En Hungría se repite la lucha franca
por el campeonato: gana Schumacher escoltado por Damon Hill y tercero, a más de
un minuto llega Verstappen, todo en una normal rivalidad.
El 25 de agosto la Fórmula 1 llega a
Spa, donde no quedaron dudas de que la FIA estaba detrás de Benetton. En la
vuelta 19ª -de 44-, el puntero Schumacher hizo un trompo y pasó sobre un pianito.
Sin perder la punta, siguió en carrera y ganó.
En la revisión técnica, los comisarios
midieron la placa de madera que la FIA había obligado a colocar debajo de los
autos para asegurar el despeje mínimo y limitar el caudal de aire inferior. La
placa era de 10 milímetros de espesor con un 10% de tolerancia, esto es, 9
milímetros como mínimo. La placa de Schumacher tenía en algunas partes 7,4
milímetros de espesor. Conclusión: fue desclasificado, perdiendo 10 puntos.
Ross Brawn, el diseñador de Benetton, declaró que esto bien pudo haber pasado
cuando Schumacher pasó sobre el pianito.
Después de Bélgica, y habiendo
perdido los 6 puntos de Silverstone y los 10 de Spa, Schumacher aun seguía
liderando el campeonato con una diferencia apreciable: 76 puntos contra 55 de
Damon Hill.
El consejo mundial rechazó las
apelaciones de Benetton y Schumacher sobre la suspensión por dos carreras,
luego escuchó la apelación sobre Spa, y también las rechazó. Sobre la cuestión
del equipo de reabastecimiento de Hockenheim decide “no tomar acciones contra
el equipo” por disponer de “insuficiente evidencia”.
En los dos siguientes Grandes Premios
de Italia y Portugal Schumacher debió cumplir las dos carreras de suspensión,
para volver en el Gran Premio de Europa en Jerez, España, donde ganó y Damon
Hill llegó segundo. La siguiente fue el 6 de noviembre en Japón, donde se
invirtió el marcador. En Suzuka Hill fue el vencedor escoltado por Schumacher.
El 14 de noviembre fue la última y
definitoria carrera, en Australia. A Adelaida, Schumacher llegó con tan sólo un
punto de ventaja sobre Hill. Mansell marcó el tiempo más veloz y Michael que lo
acompañó en la primera fila, fue el puntero de la carrera con Damon su cercano
escolta. Esto hasta la 37ª vuelta cuando Schumacher cometió un error, se
despistó, rompiendo la suspensión delantera. Hill no vio el trompo sino a Schumacher
doblando abierto y se tiró por el espacio libre a superarlo. Pero Michael se
cerró y chocó a Damon; ambos quedaron fuera de la carrera que ganó Nigel
Mansell.
A pesar de todas las sospechas y
discusiones, Schumacher logró consagrarse Campeón Mundial por primera vez, el
primero de sus dos títulos con Benetton y el último de un motor Ford en Fórmula
1.
Para el año siguiente, el equipo dirigido por
Flavio Briatore consiguió –a pesar de la molestia de Williams- hacerse del
poderoso motor Renault y ganar cómodamente el Campeonato de Pilotos y la
escudería Benetton, su único título de Constructores.
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