Luis Di Palma, lograba su primer triunfo en TC y en Arrecifes nada menos. Esto ocurria el 31 de Mayo de 1964.
Cuando el domingo 31 de mayo de 1964, con los acordes musicales de la Banda de
la Policía de la Provincia de Buenos Aires y la suelta de 300 palomas de la
Sociedad Colombófila de Pergamino, se puso en marcha la 6ª Vuelta de Arrecifes,
Carlos Pairetti -con el nº 1- fue el encargado de abrir el camino. Di Palma,
largó con el número 34.
Sin embargo, fue Oscar Cabalén, con el Chevrolet de Juan Bautista Gougy, el que
ganó la primera vuelta, escoltado por Ciani, Cupeiro, Pairetti y Calamante en
las cinco primeras posiciones.
“(…) en tanto que el pibe Di Palma comenzaba a perfilarse como posible
sorpresa, aunque muy entremezclado todavía con los de la retaguardia, que iba
superando.”, destacó el cronista de El Gráfico.
El fuerte tren de marcha impuesto dejó fuera de carrera a 17, de los 49
protagonistas que largaron. Entre ellos al 50 de José María Pozzi (Ford),
piloto local.
En la segunda vuelta, la rotura del diferencial inmovilizó al Chevrolet de
Cabalén. Ciani, con el Dodge de la llamarada sobre el capot, tomó la posta. Lo
escoltaba Cupeiro con el Chevitú -acompañado desde el aire por Froilán
González-. Pairetti, Di Palma y Calamente completaban el quinteto de punta.
La tercera pasada por el puente del Tatay fue letal para el Chevitú que se
detuvo con el árbol de levas roto. Di Palma continuaba con su avance y se
ubicaba segundo por tiempo neto. Tercero quedaba Pairetti y luego Calamante.
El Dodge de Ciani pasó como una exhalación por Arrecifes ingresando en la
última vuelta. Nada hacía presumir el desenlace final. Poco minutos más tarde,
el avión de LT 22 (Radio Arrecifes) con los relatos de Roberto Hugo Bustos
realizaba un llamado perentorio:
“¡La máquina de Ciani disminuye la velocidad…! ¡Ahora se detiene!” Hernán
Bravo, en los comandos del avión, realizaba un giro en la búsqueda del
Chevrolet nº 34, mientras el verde Dodge se mimetizaba entre la arboleda que
rodeaba el camino.
Así recuerda Bustos aquel momento: “Volamos en sentido contrario a la carrera y
lo encontramos a Luis (Di Palma) en Salto. El piloto, que era fumigador, puso
el avión prácticamente a la par del auto y le hicimos las señas
correspondientes al Ñato Aguirre para indicarle que estaban primeros.”
Pairetti arribó al final de la carrera. Las miradas se posaron sobre los
cronómetros. Las transmisiones radiales cobraron mayor protagonismo. Cada
llamado desde el avión aceleraba las pulsaciones de los oyentes…
Definitivamente la carrera consagró a un joven de 19 años, cara de niño,
flequillo rebelde, a lo “Beatle”. Arrecifes fue una fiesta: primero y segundo
dos pilotos arrecifeños.
Clasificación final (559,750 km)
1. Luis Di Palma (Chevrolet) 3h06m02s3/5 a 180,522 km/h
2. Carlos Pairetti (Chevrolet) 3h06m57s1/5
3. Mariano Calamante (Chevrolet) 3h07m37s1/5
4. Antonio Bertolotto (Ford) 3h13m18s1/5
5. Vicente Galluzzo (Ford) 3h13m48s2/5
6. Rodolfo de Álzaga (Ford) 3h18m30s3/5
7. J. Rodríguez (Ford) 3h21m46s1/5
8. Juan Carlos Pena (Ford) 3h22m27s
9. Félix Alberto Peduzzi (Chevrolet) 3h25m51s1/5
10. Héctor Volponi (Chevrolet) 3h30m23s1/5
Finalizaron: 13 (27%) de los 49 pilotos que largaron. El último
clasificado fue Fernando Mártore (Ford), 1 vuelta.
APOSTILLAS de la 6ª Vuelta
Premios y entradas: Se distribuyeron $ 860.000 en efectivo y $
140.000 en trofeos. Se cobró una entrada voluntaria de $ 20 a beneficio del
Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Arrecifes.
11ª carrera: La de Arrecifes fue la 11ª carrera del año en el nutrido
calendario del TC que había entregado hasta allí cinco ganadores diferentes:
Dante Emiliozzi, sumaba cinco triunfos, Marcos Ciani, dos, Fernando Piersanti,
Jorge Ángel Pena y Juan Manuel Bordeu, uno cada uno.
Esforzados: Fernando Mártore, de La Plata, vino a correr con una prolija cupé
Ford. El sábado, en la clásica “tiradita” rompió un pistón. Lo consiguieron en
Capitán Sarmiento, de Alberto Exertier. Desde allí viajaron hasta Pergamino
para maquinarlo en la rectificadora de Bourdá y Pedrini. En el esfuerzo
agotaron sus reservas económicas. Por la noche cenaron con duraznos en almíbar
y durmieron dentro de los autos en el taller donde paraban (Gattelet y
Borgeaud). El domingo, en carrera, otra vez declinó un pistón. Anularon ese
cilindro y completaron cuatro de las cinco vueltas estipuladas.
Testimonio: “Prácticamente nos convencimos del triunfo cuando
llegamos acá (Arrecifes), porque venía ganando Ciani y abandonó en Salto. Había
metido el auto entre el público, nosotros no lo vimos y le veníamos dando… y
cuando llegamos a Arrecifes nos hacía señas todo el mundo de que estábamos
primeros y en la curva del Náutico, que era la curva anterior a la llegada,
doblamos ¡todo de costado! Parecía que el auto se iba a ir afuera de la pista.
Felizmente no se fue y 500 metros después ganábamos la carrera. Salió segundo
Pairetti. Yo estaba muy contento ese día. Tenía dudas en cuanto a que si venía
ganando o no, a pesar de las señas de la gente y del avión...Incluso en el aro
de informaciones también nos indicaron, pero ‘El Ñato’ se lo guardó para que yo
no me acelerara más todavía”, el testimonio de Luis Di Palma años más tarde,
recordando su primer triunfo en el automovilismo.
Auto: Mariano Calamante corrió con la “Coloradita” auto que
compartían con Juan Manuel Bordeu.
Ausentes: Dante y Torcuato Emiliozzi habían viajado a Estados
Unidos para presenciar las clásicas “500 Millas de Indianápolis” y por lo tanto
no estuvieron presentes en la carrera arrecifeña.
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