domingo, 12 de abril de 2020

NUNCA MAS?


¿Por qué la F1 dejó la Argentina para no volver?
Fernando Tornello
Por: 
 12 abr. 2020 8:27
Fernando Tornello, desde su lugar como organizador del GP de Argentina en la década del '90, analiza por qué hace más de 20 años que la Fórmula 1 no visita el país sudamericano.
Pasaron 22 años desde la última vez que F1 disputó una carrera en Argentina. Luego de aquel 12 de abril de 1998 la categoría se fue, espero que no sea para siempre. Tantas veces me pregunté y me preguntaron sobre cuándo volverá y tantas veces no pude encontrar la respuesta.
Tengo motivos para creer que pasarán muchos años para ver otra largada en mi país. Como todos saben, la categoría fue mutando, lo que servía para organizar las carreras de los años '70 no era útil para los '90 y lo que permitió organizar los cuatro GP de los '90 está muy lejos de servir a esta altura del nuevo milenio.
La F1 evolucionó, llegaron carreras en países muy ricos, en los que se construyeron escenarios imposibles de replicar por estas tierras, encima castigadas por severos problemas económicos, con presupuestos distantes años luz de los que se precisan para armar un GP.
Argentina disfrutó la F1 en tres tandas. La primera duró desde 1953 hasta 1960, con la excepción de 1959. Fue claramente impulsada por los éxitos del gran Juan Manuel Fangio.
Doce años después, en 1972, regresó gracias a la pasión de nuestros fans y a la presencia de Carlos Reutemann en pista. Fue una fiesta que el Automóvil Club Argentino se encargó de reeditar cada año hasta 1981, con excepción de 1976. El retiro de Lole detuvo el contacto entre F1 y mi país.
Luego de catorce años logramos recuperarla, aunque no teníamos ninguna condición favorable. Ni piloto, ni equipo argentino, ni grandes patrocinantes. Sólo la excelente relación de Felipe McGough con Bernie Ecclestone permitió que el británico confiase en que íbamos a organizar el GP. Si bien nos asociamos con Marcos y Federico Gastaldi y todos trabajamos mucho, codo a codo junto con un gran equipo de gente muy profesional, la carga más pesada de la organización la llevó Felipe y las carreras salieron adelante.
Soportamos todo tipo de presiones durante esos años. Cada uno de los mil rubros a atender presentaba un problema. La policía planteaba sus exigencias en el tema seguridad, el armado sanitario sufrió algunas inesperadas complicaciones que pudimos resolver con un cambio de último momento que FIA nos aceptó, la Municipalidad de la Ciudad nos colocó más obstáculos que soluciones, las instalaciones estaban viejas ya que habían sido inauguradas en 1952 y nunca se optimizaron, el banco que financiaba las obras de remodelación del autódromo quebró por el recordado ‘efecto tequila’. Por pedido de Bernie habíamos demolido los viejos boxes y la torre de control cuando éso ocurrió. Recuerdo que un día nos miramos con Felipe y nos preguntamos: "¿y ahora qué hacemos?". Al instante dijimos: “ahora seguimos para adelante”. Y seguimos.
Cuando recibimos el autódromo tenía cientos de deficiencias. Baños viejos y sin equipar, tablero eléctrico de hule, el material usado en la inauguración, poca capacidad en las tribunas, asientos rotos y vandalizados, el hospital del circuito sin equipar, la pista que necesitaba una nueva repavimentación y sólo un puñado de líneas telefónicas, que no llegaban a una decena. Negociamos con la compañía de teléfonos para que lleven fibra óptica hasta el circuito y la respuesta fue: "sólo si la pagan ustedes ya que a nosotros no nos interesa llevar fibra óptica a ese barrio por ahora". Claro que la pagamos, una fortuna, pero sólo en la nueva sala de prensa hicimos colocar 400 líneas de teléfono con la nueva tecnología. No servía de nada armar tan monumental escenario si los periodistas no se podían comunicar con el resto del mundo. Y así fue todo.
A pesar de cuatro días de lluvia, aquella primera carrera, la de 1995, fue una fiesta. Aún hoy encontramos gente que nos dice con orgullo que ellos estuvieron allí, que se mojaron y se embarraron, y que lo volverían a hacer mil veces.
Corregimos y mejoramos muchos detalles para las ediciones de 1996 y 1997. Hicimos construir varias tribunas nuevas con asientos para el público y edificios para utilizar por empresas, mejoramos muchos detalles de organización y logramos desbaratar grupos que habían lucrado con nuestro esfuerzo, haciendo entrar gente al circuito, cobrándoles una entrada, con los mismos tickets que nos habían pedido de cortesía. Increíble.
A finales del '97 entraron nuevos socios a la empresa y nosotros preferimos salir, por lo que nuestra participación en el último GP, el de 1998, fue sólo la transmisión de tv. En mi caso fue un gran alivio y creo que también para mis compañeros. Llegábamos descansados a la cabina, junto con el "Tano" Fazzini y Wagner Gonzalez, nuestros inolvidables comentaristas en aquellos años.
Ahora, cuando me preguntan sobre el retorno de F1 no puedo dejar de evaluar todo aquello que ocurrió pero tampoco soslayar el gran crecimiento de la categoría, las nuevas exigencias económicas y de logística, pienso que los costos actuales y el standard de organización es tan elevado que no consigo imaginar una carrera aquí en el corto plazo.
En muchos países que integran el calendario de F1 es el estado quien financia los costos más grandes, eso no lo puedo ni soñar en mi país, que necesita destinar fondos a temas mucho más importantes que una carrera de autos. Por más de que se trate de la mismísima F1. No existen planes serios, ni pilotos que estén cerca de llegar a la categoría. Nada empuja para adelante un GP en Argentina, por lo menos en los próximos años. Seré el primero en alegrarme si la situación cambia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario