El techo es la autoparte más difícil de conseguir, algo que podría atentar con la construcción de este modelo para el TC de nueva generación.
La apertura del campeonato 2024 del Turismo Carretera en El Calafate fue testigo de la presentación de los autos de nueva generación, concebidos a partir de las carrocerías de Ford Mustang, Chevrolet Camaro, Dodge Challenger, Toyota Camry y Torino, este último sobre un restyling de Division Creative Lab.
Mientras el Mustang, el Camaro y el Camry tuvieron más de un representante en la pista, solo hubo una unidad de Challenger y del renovado Torino. Sacando el caso del “Toro”, cuyo auto de referencia salió de un concurso, llama la atención que solo haya un muscle car de Dodge.
Pero esto tiene un motivo: las dificultades para adquirir una pieza esencial como el techo, un componente que define la línea del modelo. La complejidad para obtener esta autoparte se debe a que raramente se comercializa porque la marca considera que, si es necesario cambiar el techo, el vehículo ha sufrido una destrucción total.
Esta falta de disponibilidad de techos de Challenger afectó significativamente la construcción del auto destinado a Juan Martín Trucco, generando retrasos en su armado. Obviamente, también complicó al nuevo Torino ya que el diseño de DCL se basaba en el producto de Dodge.
Ante las dificultades para conseguir el techo del Challenger, el Trotta Racing y Maximiliano Juárez, el ingeniero a cargo del proyecto, optaron por una solución creativa: utilizar el techo y los parantes de un Toyota Corolla, siguiendo un enfoque similar al utilizado con los Camry.
Este tropiezo en la construcción del Challenger revela, una vez más, que la idea de la Asociación Corredores Turismo Carretera de modernizar el parque con este tipo de vehículos fue más una decisión impulsiva que una estrategia cuidadosamente planificada.
FUENTE: AUTOMUNDO.COM.AR
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