[Carrera Nº 430] VII Premio TC Autodromo de Buenos Aires
(16/07/67)
Organizador: Asociación Corredores de Turismo Carretera
Premio: Asociación de Carreras de Concesionarios IKA
Fecha: 16 de julio
Escenario: Autodromo de la Ciudad de Buenos Aires
Circuito: Nº 1 de 3139,55 mts.
Programa: 3 series de 10 vueltas y final de 20 vueltas
Primera serie:
Pocas veces el autódromo tuvo tribunas tan pobladas. Es que la presentación de
nuevas máquinas había despertado singular expectativa. Precisamente, en la
primera serie actuaba el Ford TC construido por "Competición S. A."
para Ford Motor Argentina, y confiado a las manos de Ati!io Víale. Su principal
oponente era Eduardo Copello, quien picó en punta al caer la bandera de
largada, seguido por Domínguez, Marincovich y Víale. Ya en la primera vuelta se
delineó el duelo que sostendrían Copello y Víale. Si bien el conductor del
Torino pasó al frente por el control durante las cinco vueltas iniciales, en
las mismas, y en la recta que va de la curva de Ascari a la "horquilla",
Atilio Víale lograba superarlo. Por problemas en los frenos, Víale debía
levantar antes, cosa que Copello aprovechaba para pasar al primer puesto
nuevamente. Mientras esto ocurría, tras ellos se escalonaban Caldarella,
Maríncovich y Gastón Perkins, quien al cumplir cinco vueltas logra colocarse
cuarto, desalojando a Marincovich.
En el sexto giro se produce la alternativa definitiva. Víale lo supera a
Copello en el curvón, y se va, distanciándose más aún sobre el final ante
problemas en los frenos del Torino.
Caldarella pudo mantener la tercera posición, no así Perkins la cuarta, que
perdió ante Rodríguez Canedo en la sexta vuelta.
Segunda serie:
El otro polo de atracción, el Bergantín con motor Chevrolet siete bancadas de
los hermanos Bellavigna que prontamente fue bautizado como "Garrafa"
por su color amarillo y la leyenda comercial Agipgás, hizo su debut en esta
serie. A su comando, Andrea Vianini, temperamental piloto que volvía al TC
luego de haber debutado en la categoría el 14 de enero de 1962, en Carlos Paz,
con un Alfa Romeo.
En punta salió Cabalen con su Mustang F100, seguido por Ricardo Peduzzi,
Vianini, Rienzi y Ternengo. En ese orden cumplieron las tres primeras vueltas,
logrando Cabalen una ventaja de seis décimas de segundo sobre Peduzzi y ocho
con respecto a Vianini. En la cuarta vuelta, la alternativa fundamental:
derrapa largamente en el curvón Óscar Cabalen, y lo pasan Vianini, Peduzzi,
Ternengo, Rienzi y Malnatti.
Media serie, y Vianini lleva 1"6/10 a Peduzzi mientras que tercero se
coloca Ternengo, cuarto Rienzi y quinto Malnatti. Hasta el final no hay
novedades en las cuatro primeras posiciones. Vianini domina a voluntad al
"intocable" de Peduzzi, que estrena un motor Chevrolet siete bancadas
con sistema de inyección. Cabalen, tras el peligroso derrape, logra recuperar
un puesto en la sexta vuelta, desalojando a Malnatti de la quinta posición.
Tercera serie:
Al recibir el lote el banderazo de largada, asomó en punta Gradassi, seguido de
Galbato, Manzano y Cupeiro. Al cumplirse la vuelta inicial, Gradassi llevaba
seis décimas de segundo a Cupeiro y 3" 4/10 a Rodolfo de Alzaga, mientras
que Manzano se colocaba cuarto y Galbato quinto. En la tercera vuelta se produce
el paso de Cupeiro a la primera posición, desalojando de la misma a Gradassi,
para mantenerse ambos hasta el final separados por una diferencia que iba de un
segundo y fracción a dos y fracción. Por el tercer lugar se generó una
interesante lucha con la participación de Estéfano, que arrancó de la sexta
ubicación en la primera vuelta para ser quinto en la quinta, cuarto en la sexta
al pasar a Manzano y tercero en la octava al quebrar a de Alzaga. También
Manzano logró sobrepasar la línea de de Alzaga cuando faltaban tres circuitos y
asegurarse el cuarto puesto.
Final:
Pocas veces una competencia que prometía tanto defraudó en la forma que lo hizo
esta final de la ACTC. Un accidente nunca visto en el autódromo, ni siquiera
pensado, echó por tierra todas las posibilidades de presenciar un espectáculo
digno de asombro. Al largarse la final en medio de la expectación del público,
picó en punta Víale, seguido por Copello, Gradassi, Peduzzi, Cupeiro y el
resto. Pero en el medio de la pista había quedado detenido un coche: el Ford de
Julio Gelón Devoto. Al romper el núcleo, quedó inmovilizado totalmente, siendo
inútiles los esfuerzos de quienes trataban de empujarlo. Lo que en principio se
miraba con curiosidad, comenzó a producir miedo cuando se apreció que no se
podía sacar e! coche y que el lote de corredores se acercaba a toda marcha.
Cuando alguien llevó un crique con ruedas, ya era tarde.
Lo que sobrevino después constituye uno de los hechos más espectaculares y a la
vez más afortunados de toda la historia del TC. La tragedia rozó el autódromo
pero no se posó en él. No discutiremos quién tuvo la culpa. Si la policía, si
los banderilleros, si los corredores. Lo positivo es que Viale se detuvo poco
más allá de la raya de largada, ante el confuso agitar de banderas y brazos por
parte de particulares y policías que habían invadido la pista para parar la
carrera. Al lado de Viale paró Vianini, y luego frenaron Gradassi, Peduzzi,
Copello y Cupeiro. Por suerte, estos últimos, viendo que el "malón"
se les venia encima, siguieron a marcha lenta, dando lugar a que otros pudieran
escapar del múltiple choque por el lugar que ellos dejaron libre.
Difícil es describir lo que sucedió cuando llegó el grueso del lote. De Álzaga
frenó de tal manera que gastó fácilmente toda la banda de rodamiento de los
neumáticos traseros. Algunos atinaron a tirarse por el pasto y pudieron
zafarse. Pero los del centro comenzaron a chocar entre sí y cruzarse en la
pista. El coche de Marincovich, haciendo semi-trompo, embistió violentamente a
varios, destrozándose entonces los coches de Ternengo, el Ford TC, y sufriendo
graves averías el coche de Rienzi y el de Rodríguez Canedo. Aun hoy no nos
podemos explicar cómo el coche de Perkins pasó entre toda esa masa de autos y
fue a quedar casi contra la pared de los boxes. Un milagro. Un milagro que no
saltara ninguna chispa paró prender el abundante combustible que se derramaba
por tantos tanques rotos. Los bomberos, con prisa, barrieron la pista con
líquido a fin de alejar toda posibilidad de incendio.
Tras los consiguientes cabildeos, el comisario deportivo resolvió otorgar
media hora de plazo para que los volantes trataran de arreglar sus coches. De
los 24 habilitados para la final, siete quedaron eliminados
en esa carambola gigantesca. Ellos fueron: Julio De Voto, Atilio
Viale, Rodríguez Canedo. Carlos Marincovich, Jorge Ternengo,
Rodolfo de Alzaga y Ángel Rienzi. Con averías de menor importancia
salieron Vianini y Gastón Perkins.
Dado que la curva de los boxes estaba aún húmeda por el líquido arrojado, el
comisario deportivo resolvió largar frente a la torre de control. Esta vez
salió en punta Copello, y tras él Cupeiro, Peduzzi y Gradassi. En la primera
vuelta el puntero era Gradassi, escoltado por Vianini, Peduzzi, Copello,
Cupeiro y Caldarella. En la segunda vuelta, Copello logra aventajar a Peduzzi y
colocarse tercero. En la cuarta es Cupeiro quien rebasa la línea de Peduzzi. Al
cumplirse cinco vueltas, Gradassi lleva dos décimas de segundo a Vianini, seis
segundos a Copello, diez a Cupeiro, quedando quinto Peduzzi y sexto Caldarella.
En el sexto circuito, en plena "horquilla', Cupeiro, que es hostigado por
Peduzzi, efectúa un trompo, y lo pasa éste y Caldarella. En el séptimo, dos
novedades. Vianini lo pasa a Gradassi luego de la curva de Ascari, y Copello
abandona en la "horquilla" por problemas de caja y frenos. Queda
tercero entonces Peduzzi, cuarto Cupeiro, quinto Caldarella y sexto Cabalen. En
la vuelta siguiente, y en la misma curva de Ascari, Gradassi recupera la
primera posición. Es en la decímosegunda vuelta que se produce la variante
fundamental, en lo que a la primera posición se refiere: Vianini pasa a
Gradassi y comienza a alejarse lentamente. Tras ellos, y al abandonar Cupeiro
en la citada vuelta, la lucha se hace emocionante entre Peduzzi y Caldarella.
Este duelo se definió en el último giro, cuando luego de la curva de Ascari,
Peduzzi cortó una biela, rompiendo esta el block. Siguió lentamente Peduzzi
hacia la linea de sentencia, pero no pudo evitar que lo pasara Caldarella
primeramente, y luego, faltando unos cíen metros, Nasif Estéfano, quedó quinto.
Andrea Vianini, como ya expresamos, fue poniendo paulatina distancia con
respecto a Gradassi, y a pesar de sus problemas de embrague y freno, conquistó
la primera victoria del año para los Chevrolet.
Clasificacion General
1º
97 Andrea Vianini
Bergantín 7 b 25'11"5/10
20
2º 5 Héctor Luis Gradassi
Torino 380 W 25'17"6/10
20
3º 96 Benedicto H.Caldarella Torino 380 W
25'45" 20
4º 14 Nasif Estéfano
Torino 380 W 26'09"1/10
20
5º 27 Ricardo A.Peduzzi
Chevrolet 7 b 26'09"9/10
20
6º 3 Oscar Cabalen
Mustang F-100
26'13"6/10 20
7º 11 Gastón Carlos Perkins Torino 38
0W 25'19"8/10 19
8º 24 José Manzano
Torino 380 W
25'25"7/10 19
9º 1 Eduardo Alfredo Casa
Ford F-100 25'37"4/10
19
1O° 7 César Horacio Malnatti Torino 380 W
25'40"2/10 19
11° 19 Hugo Armando Gimeno De
Soto-Slant Six 25'39"9/10 13
12º 22 Oscar Erit Cordonnier Torino 380
W 26'23"1/10 18
13° 33 Remo Gamalero
Ford F-100
26'39"1/10 18
14º 56 Osvaldo José Cortti
Chevrolet 7b 26'46"9/10
17
No largaron: 6, Ángel Teodoro Rienzi; 10, Jorge Juan
Ternengo; 15, Rodolfo de Alzaga;
18, Atilio Víale; 28. Carlos Oreste Marincovich;
38, Julio Gelón Devoto, y 76. Eduardo Rodríguez Canedo
Abandonaron: 2, Eduardo José Copello; 9 Carmelo Galbato; y
13. Jorge Cupeiro
Promedio del ganador: 149.551 km/h.
Récord de vuelta: 97, Andrea Vianini, en la 2ª vuelta con
1'14"1/10, a 152.588 km/h
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