Posted: 17 Jul 2018 04:39 AM PDT
SPORTYOU La muerte del prometedor piloto francés a consecuencia de las heridas sufridas en el GP de Japón del año anterior provocó una revolución en la seguridad de la F1.La introducción del halo, cascos reforzados o una reglamentación más estricta, elementos para evitar una nueva tragedia.Durante la madrugada del 17 al 18 de julio de 2015, un comunicado golpeó el mundo de la Fórmula 1: tras permanecer nueve meses en coma, Jules Bianchi moría y se convertía en la primera víctima entre los pilotos de la actual generación.Inmediatamente, la FIA comenzó a estudiar cómo mejorar la seguridad de manera inmediata. Las múltiples causas del accidente del GP de Japón derivaron en una tragedia de la que aún no se ha recuperado el paddock, si bien de inmediato se introdujeron numerosas novedades para evitar que algo así se repitiera.Lo primero que se hizo fue cambiar la normativa. El accidente de Bianchi se produjo en medio de unas circunstancias muy complicadas: lluvia, exceso de velocidad del piloto, mala señalización y una grúa que no debía estar ahí. El Marussia del francés quedó encajado bajo el vehículo que estaba sacando de la arena el coche del alemán Adrian Sutil, algo que se podía haber evitado: de no haber estado la grúa, Bianchi se habría quedado encajado en la escapatoria y poco más.Por eso, la FIA introdujo la prohibición absoluta de que hubiera vehículos de extracción en zonas con peligro. Además, se añadió a partir de la siguiente temporada el 'virtual safety car', por el cual desde dirección de carrera se limita la velocidad de todos los coches mientras existan elementos externos a la carrera (coches accidentados, comisarios, grúas, etc.) y no sea necesario reagrupar a los competidores tras el coche de seguridad normal.Más allá de las reglas, tras el accidente de Bianchi se comenzó a debatir en serio por la parte más débil del piloto en caso de golpe: la cabeza. Por definición, los monoplazas de Fórmula 1 son coches de un piloto abiertos por la parte superior. Este último elemento es clave, ya que en caso de ser necesaria una extracción rápida (incendio, vuelco, etc.) no puede existir una cúpula que la impida con la mayor premura posible. Tras mucho debatir, se llegó a la solución del 'halo', un elemento que no se ha añadido a los monoplazas hasta este mismo año. Aún con polémicas y dudas, la FIA obligó a todos los equipos a equipar este elemento, que no sólo ha supuesto un serio problema para la eficiencia aerodinámica, sino incluso también para los propios pilotos, a los que ahora les cuesta más salir del coche en caso de accidente.Desde el punto de vista de los pilotos también se ha reforzado la creación de los cascos. No sólo por el accidente de Bianchi, sino por el que unos años antes casi le cuesta la vida a Felipe Massa, desde hace unos años en la actualidad se está trabajando con nuevos materiales y refuerzos de distintos tipos para minimizar los daños en caso de golpe. En 2019 se estrenará un nuevo estándar en la fabricación de los cascos.
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