Fue un día como hoy, 3 de Marzo, pero de
1963, en una curva y contra curva, las llamadas “S” en el camino de los
chilenos en Olavaria, la que debería ser fácil para Juan Gálvez, en aquella
carrera de Olavarria, el piloto mas ganador y con mas títulos de TC, emprendía
su camino de gloria, rumbo al cielo, era la tercera vuelta, el auto que se
descontrola, se traba y vuelca , Juan Gálvez que nunca se ataba por miedo al
fuego, salió despedido del auto y las rutas del país ya no sabrían mas de sus hazañas,
ya no verían al Ford azul con el invariable número uno pintado en los
laterales.
Aquellos años de los sesenta aparecían figuras nuevas y pujantes los Emiliozzi, Marcos Ciani, Rodolfo de Alzaga, Carlos Menditeguy, Juan C. Navone, Armando J. Ríos y tantos otros que ponían cada vez mas en apuros al múltiple campeón, pero a pesar de sus 47 años, su temple de campeón y espíritu competitivo, no lo dejaban bajar los brazos, el vuelco en Pergamino durante la disputa del Gran Premio del ’60, que lo hizo estar casi un año inactivo no doblegaron su temple, y a pesar de los triunfos y los títulos su espíritu estaba intacto, el disfrutaba trabajar en el taller, para demostrar en la ruta que era competitivo, había llegado a Olavarría, para discutirles a los Emiliozzi la carrera, eran los rivales del momento.
El día anterior la lluvias había maltratado los caminos, pero estaban como a Juan le gustaba “complicado” , largó con el Nº 5 pintado en sus puertas de la cupé azul, en el primer “top” del avión, ya estaba puntero por tiempo neto. Atrás, Ángel Meunier, Santiago Lujan Saigós y Armando J. Ríos, los “Gringos” Emiliozzi cuando comenzaros a secarse los caminos imprimían la velocidad de “La Galera” para descontar terreno, pero Gálvez, ponía todo y lejos de aflojar, también aumentaba el ritmo.
En la tercera vuelta, vino el drama “S” fácil en el Camino de los Chilenos, el auto se descontrola y el vuelco, Juan Gálvez encontraba la muerte
Para esa trágica carrera de Olavaria la cupe tenía nuevas modificaciones en el motor para tener mayor rendimiento y una caja de cambios nueva, la fiel cupe ese día estaba corriendo por ultima vez con Juan Galvez al volante, ya había sido vendida a David Cetra, Juan tenía pensado seguir con la ’37 modificada,
Juan Gálvez triunfó en 59 carreras y fue nueve veces Campeón Argentino de TC, un récord nunca superado. Las efemérides marcan que Juan Gálvez perdió la vida a los 47 años, en la Vuelta de Olavarría, el 3 de marzo de 1963 al ser despedido de la máquina.
De manejo fino, pulido, exacto, no maltrataba jamás al auto que el mismo armaba, ni perdía tiempo trabándolo en las curvas. Sostenía que “correr en autos significa andar lo suficientemente despacio, como para llegar antes que los demás” y muchas veces provocaba el desencanto del público que se agolpaba tras alguna curva peligrosa. Otros competidores al pasar derrapaban, cruzaban el auto, hacían trompos…. Claro, la gente deliraba por el espectáculo visual que éstos ofrecían, y cuando veían pasar a Juan con el Ford azul afirmado y sin un dejo de espectacularidad, preguntaban desencantados; “¿este es el famoso campeón?” Pero los relojes en el final de la carrera, establecían su cruda e inapelable verdad: primero, y cómodo, no por nada no se volvió a dar un campeón como el, el máximo y nadie logro triunfar tantas veces.
Aquellos años de los sesenta aparecían figuras nuevas y pujantes los Emiliozzi, Marcos Ciani, Rodolfo de Alzaga, Carlos Menditeguy, Juan C. Navone, Armando J. Ríos y tantos otros que ponían cada vez mas en apuros al múltiple campeón, pero a pesar de sus 47 años, su temple de campeón y espíritu competitivo, no lo dejaban bajar los brazos, el vuelco en Pergamino durante la disputa del Gran Premio del ’60, que lo hizo estar casi un año inactivo no doblegaron su temple, y a pesar de los triunfos y los títulos su espíritu estaba intacto, el disfrutaba trabajar en el taller, para demostrar en la ruta que era competitivo, había llegado a Olavarría, para discutirles a los Emiliozzi la carrera, eran los rivales del momento.
El día anterior la lluvias había maltratado los caminos, pero estaban como a Juan le gustaba “complicado” , largó con el Nº 5 pintado en sus puertas de la cupé azul, en el primer “top” del avión, ya estaba puntero por tiempo neto. Atrás, Ángel Meunier, Santiago Lujan Saigós y Armando J. Ríos, los “Gringos” Emiliozzi cuando comenzaros a secarse los caminos imprimían la velocidad de “La Galera” para descontar terreno, pero Gálvez, ponía todo y lejos de aflojar, también aumentaba el ritmo.
En la tercera vuelta, vino el drama “S” fácil en el Camino de los Chilenos, el auto se descontrola y el vuelco, Juan Gálvez encontraba la muerte
Para esa trágica carrera de Olavaria la cupe tenía nuevas modificaciones en el motor para tener mayor rendimiento y una caja de cambios nueva, la fiel cupe ese día estaba corriendo por ultima vez con Juan Galvez al volante, ya había sido vendida a David Cetra, Juan tenía pensado seguir con la ’37 modificada,
Juan Gálvez triunfó en 59 carreras y fue nueve veces Campeón Argentino de TC, un récord nunca superado. Las efemérides marcan que Juan Gálvez perdió la vida a los 47 años, en la Vuelta de Olavarría, el 3 de marzo de 1963 al ser despedido de la máquina.
De manejo fino, pulido, exacto, no maltrataba jamás al auto que el mismo armaba, ni perdía tiempo trabándolo en las curvas. Sostenía que “correr en autos significa andar lo suficientemente despacio, como para llegar antes que los demás” y muchas veces provocaba el desencanto del público que se agolpaba tras alguna curva peligrosa. Otros competidores al pasar derrapaban, cruzaban el auto, hacían trompos…. Claro, la gente deliraba por el espectáculo visual que éstos ofrecían, y cuando veían pasar a Juan con el Ford azul afirmado y sin un dejo de espectacularidad, preguntaban desencantados; “¿este es el famoso campeón?” Pero los relojes en el final de la carrera, establecían su cruda e inapelable verdad: primero, y cómodo, no por nada no se volvió a dar un campeón como el, el máximo y nadie logro triunfar tantas veces.
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